martes, 9 de octubre de 2012

Cuarentañeras



Llevo mucho retraso en esto de reseñar todo lo que leo, pero es lo que tiene el no disponer de más horas al día. Si bien es cierto que también "me leo" menos, la mayor parte del tiempo me dedico a la literatura infantil, porque "le leo" más a él, a mi peque.

No obstante, aunque ni yo misma entiendo muy bien como pasa, logro terminar alguno de esos tantos títulos que me esperan, pacientemente, a que me acuerde de que siguen allí, sin moverse, solo esperando que pueda robar unas horas, o quizá algunos minutos, a mi apretado día. Así que, en este caso, e-book en mano, me llamó la atención la portada de "Cuarentañeras", y ahí que me lancé. Se que tengo algún que otro título anterior en el tiempo, pero como mi memoria se asemeja a la de Dori y he sido incapaz de fechar las adquisiciones, solo me queda elegir al azar y esperar que ningún autor se me enfade por semejante desliz.

Y, entre unas cosas y otras, pues llegué a terminar este título tan sugerente de Regina Roman. Como no tengo nada que ver con su protagonista, el glamour no fluye por cada poro de mi cuerpo, me tomé la lectura como un título más, curioso eso sí, pero sin mayor importancia. Como siempre, debo de admitir, que me moriré siendo la ilusa que soy. 

No solo la historia me tenía más que enganchada, sino que he aprendido (si, leéis bien) a verme desde otra perspectiva, la de que te dan esos recién estrenados cuarenta años. Pero que tenga que ser un libro el que me "ayude" a posicionarme...

En clave de humor, se enfrenta a un montón de situaciones que me hacían reír a cada momento. Acordarme de ciertos amigos que todos tenemos y analizar el porqué seguimos siendo amigos pese a todo. Porque lo que le ocurre a nuestra protagonista no escapa a nadie, bueno nadie que tenga ese adjetivo entre "buenaza" y "tonta". Me apunten los dos por favor.

Si es que no hay nada como no "catalogarse" por edad. Eso lo llevo aprendido desde hace muchísimo tiempo, en parte porque nunca he aparentado la edad que tenía, y por otro lado tener un padre como el mío era sinónimo de no "envejecer" nunca. Pero en esta historia se muestran muy claramente diferentes clases de mujeres que puedes encontrarte por el mundo. Aunque parezca surrealista, es cierto que existen así y aún no me puedo creer que la edad no les haga centrarse, sino más bien todo lo contrario.

Me he dado cuenta, gracias a esta historia, que es cierto que pasadas ciertas "edades", y no pienso que solo sea físicamente, te vas encontrando tú misma, te vas fallando menos a ti y, lo que para mí es más importante, te das más igual lo que piense el resto de la humanidad, que al fin y al cabo no viven por ni para ti. 

Sigo pensando que disto mucho de ser como la protagonista, los comentarios sobre la edad de mis amigos nunca me han afectado, será que sigo siendo la inmadura de siempre y no me percato de que los años pasan para todos, incluso para mí. Pero me encanta pensarme libre, sin pelos en la lengua, sin tapujos y sin remordimientos a la hora de decir lo que me pasa por mi cabeza. A Lola le costó algo más de medio libro, lo cual agradezco, porque las situaciones que se crean y su manera de relatarlas son memorables. 

¿Sonreir?, a cada página, incluso alguna risa contenida, por no despertar a mi bello durmiente claro está. Es la premisa de este libro, sacar la sonrisa constante al lector. Porque todo tiene una clave de humor difícilmente imaginable en una trama como esta.

Analizando profundamente este relato, pienso que es cierto, quizá nuestro entorno nos influye demasiado y, en el caso de la protagonista de este libro así lo demuestra, nos pueden pasar una factura muy cara. Saberse desligar, encontrar tu propio camino y no compararse con nadie (a no ser de manera positiva), hacen que la percepción de tu mundo cambie, por lo que tú también irradias otra energía que los demás captan, así que todo torna a situaciones mucho más positivas para ti.

Claro que todo tiene mil y una lecturas, cada cual lo percibe según su situación y su estado de ánimo. Personalmente, creo que me quedo con la superación de todo, pese a los obstáculos, de su protagonista. De las vivencias que le hacen darse cuenta realmente de cual es su presente y saberlo aprovechar. Y todo pese a sus grandes amigas del alma, ¡que las maten!, JA JA JA JA JA

Gracias Regina por esas horas que me has brindado y por esta historia llena de enseñanza y humor. He descubierto un diamante en bruto.

2 comentarios: