sábado, 10 de agosto de 2013

El Sr. Poiccard y yo

 
  No se si alguien en la sala falta por enterarse de que bebo los vientos por el señor Poiccard. ¿Quién es él?, pues yo lo considero el "alter ego" del no menos cautivador (en lo que a letra escrita se refiere) Gabri Ródenas. Lo admito,  se me ve demasiado el plumero, pero que se le va a hacer, ciertos canallas me tienen ganada.

   Le conocí en "El Búnker de Noé", vivimos una historia intensa, con altibajos, no carente de ingeniosos momentos y siempre con la intriga compartiendo mi almohada. Tras esta idílica y emocionante aventura, de las que una tiene pocas en la vida, pensé que todo se había acabado entre nosotros. El fin se palpaba y mi imaginación resolvió el resto, a mi manera claro está. Pero el destino me guardaba otro final, siempre de la mano de su, no menos, inquietante artífice. 

   De ahí mi buena estrella al volver a encontrarme, de nuevo, con el Sr. Poiccard. Esta vez en otras circunstancias,  a priori más exótica, pero que se volvió tremendamente conspiradora a la par que realista. ¿No sabéis aún qué pasó en la "Estación Orichalcum"?, pues algo realmente inquietante, visionario diría yo, pero no exento de un riesgo real que nadie alcanza a vislumbrar dada la cantidad de adictos a la red que crece por día. Y hasta ahí puedo contar, podriamos llamarlo el secreto de mi alcoba.

   Y tras esta última aventura vivida con mi adictivo "compañero", debo reconocer que los celos en esta relación están fuera de lugar. Es más, yo diría incluso que disfruto mucho más al saberlo compartido, ¡quién me lo iba a decir!, y ¡claro que el anzuelo es él!, desde mi punto de vista, pero todo lo que le rodea tiene los ingredientes perfectos para convertirse en ese gran Best Seller que sus incondicionales  deseamos ver, ¡YA!, en ese otro formato menos digitalizado.

Gabri, ¡va por ti!

    

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